viernes, noviembre 17, 2006

¡Perdónalos, porque no saben lo que hacen!




Todo el que haya estudiado COU (y esté estudiando o vaya a estudiar Bachillerato) tendrá que verse las caras (y los codos) con la asignatura de Filosofía. Para la mayoría de los estudiantes es un peñazo de asignatura, una pérdida de tiempo y de neuronas estudiar a una panda de locos que sólo dicen tonterías, como me ha dicho recientemente una alumna.
La verdad es que estudiar a diez de los pensadores más importantes de la Historia resulta bastante pesado para un humano de diecisiete años, sobre todo si su mundo está encerrado en un módem y en una cuenta corriente, pero hay una buena razón para ello.
¿De dónde venimos? ¿A dónde vamos? ¿Quiénes somos? ¿Por qué estamos aquí? Estas preguntas y otras muchas se las hicieron esas personas que no tenían tele, ni ordenador, ni pleiesteichon para darle algún sentido a sus tristes y patéticas vidas. Y la verdad es que por culpa de esas vidas ahora podemos comprender cómo surgieron sectas como el judaísmo y el cristianismo.
Shakespeare copió Romeo y Julieta de una obra italiana llamada Mercuccio. La Biblia ha sido analizada por miles de expertos que han llegado a la conclusión de que fue escrita por más personas de las que se admiten, y copiada en la Edad Media de los textos judaicos antiguos, que tan buen resultado estaban dando entre la gente.
Y la verdad es que Sir William hizo un trabajo excelente, añadiendo toda su imaginación y sus conocimientos de la escena teatral del siglo XVI para convertir una sosa historia de amor adolescente en el drama amoroso más hermoso e idolatrado de toda la Historia.
Los otros no lo hicieron tan bien. La Biblia está llena de incongruencias y anacronismos. Aún así, consiguió convencer lo suficiente a unos cuantos visionarios que aprovecharon su carisma y labia para lavar el cerebro a la gente y prometerles una vida mejor después de sacrificarse y morir por ellos.
Se ha demostrado científicamente que el ser humano no ha sido creado con un toque de varita, sino que a partir de millones de años de evolución hemos llegado hasta aquí. La verdad demostrada está ahí, por mucho que los estadounidenses la prohíban en su decrépito y politizado sistema educativo.
Cada día se desarrollan más y más avances científicos (algunos que todavía no conocemos por intereses empresariales, políticos o religiosos), y dentro de poco todas esas conjeturas y teorías sobre la formación del Universo tendrán una única respuesta irrefutable que hará que esos farsantes lavacerebros empiecen a poner bombas como ya hacen algunos musulmanes para defender por la fuerza lo que la razón les quita.
Ése es el tema que más argumentan los sectarios para intentar convencerte de que no llevan años adorando a un Dios que no existe. Hasta ahora no se ha podido demostrar públicamente el origen del Universo. Y ellos prefieren creer (y pretenden hacerte convencer) que lo hizo en siete días un Jarri Potas todopoderoso.
Si eso es cierto, ¿Para qué creó otros planetas, galaxias y agujeros negros? ¿Para decorar y hacer bonito? ¿Es que Dios es español y nunca hace las cosas bien? Cuando hizo el mundo, se dejó tirados unos cuantos sistemas solares que luego se han agrupado en galaxias y agujeros negros de gravedad infinita.
En La Biblia se habla de la Tierra y el Universo, pero sólo se le da utilidad al planeta azul, y si ya se tuvieron que aguantar después de quemar vivo al pobre Galileo Galilei que demostraran irrefutablemente que vivíamos en una esfera ovoide en vez de en un cubo de Rubik, se tendrán que tragar esto también cuando se demuestre.
Y sin embargo, esta gran mentira ha dado de comer (y ha enriquecido) a muchas personas desde la Edad Media. Y por eso se intenta perpetuar y conservar. Para enriquecer y dar de comer sin dar golpe a muchos parásitos de ésta y otras muchas sociedades (recordemos que en Estados Unidos, el país de la libertad, ahora mandar, ordenan, prohíben y castigan por medio del gobierno de Bush).
Sé que con esto voy a cabrear a muchos. Sinceramente, es mi intención. Ya estoy harto de no poder dar mi opinión sobre este tema. Y de ver cómo la gente se arrodilla ante un Dios que, si existe, es un completo cabronazo por crearnos y abandonarnos como si fuéramos perros en una gasolinera en agosto.
Y si pensáis que por no creer en Dios, soy discípulo y seguidor de Satanás, estáis muy equivocados. Los dos forman parte de un mismo mito y, por consiguiente, si no creo en uno, no acepto la existencia del otro. Sólo lo utilizo como símbolo de rebelión ante una sociedad cuyos valores rancios y dominadores son axfixiantes para mí.
Esta es mi opinión. Ahora podéis crucificarme, pero volveré a los tres días para que me saquen en procesión.